Después de cierto tiempo con ideas pululando por mi cabeza, me decidí hacer la siguiente entrada sobre una película que me trae buenos recuerdos y que la primera vez que la vi me fascinó de manera extraordinaria, Esta no es otra que Donnie Darko.
La ópera prima de Richard Kelly, estrenada en 2001, supuso tanto la consagración del director como cineasta independiente como la confirmación de Jake Gyllenhaal como actor.
El filme que podríamos englobarlo dentro del thriller psicológico trata sobre un chaval americano, dotado de gran inteligencia e imaginación, que tras escapar milagrosamente de una muerte casi segura, comienza a
experimentar alucinaciones que le llevarán a actuar como no lo había
hecho jamás y a descubrir un mundo insólito a su alrededor.
La ambientación de toda la película está bien creado y te envuelve en ella, las actuaciones están más que conseguidas y la complejidad de la película hacen de ésta una muy buena opción para las mentes inquietas que quieran disfrutar de algo diferente.
No os esperéis que os desvele más, ya que mi recomendación es la de su
visionado, que no tendrá desperdicio para aquellos que les gusten los
films psicológicos.
Os dejo con el trailer y espero que os guste.
A la persona que me inspiró una tarde de primavera. Gracias Antonio.
Era una noche de insomnio, como siempre me ponía algo de música para tranquilizarme, esta vez fue la radio. Pasando emisoras, di con Radio 3. Estaba sonando algo, que me influiría en un futuro. Dios, era como mis sentimientos se plasmaran en una canción. Lo que estaba sonando era 'Monkey gone to heaven' de los Pixies. Estaba buscando algo, aunque yo lo ignoraba, y se presentó ante mis oídos.
Me quedé escuchando toda la noche el monográfico que le estaban dedicando a uno de sus discos. Y desde entonces no he dejado de escuchar los Pixies.
Dejando de un lado la introducción, hoy os traigo el disco de aquella noche, culpable de la obsesión que tengo ahora hacía Pixies y que considero imprescindible para cualquier melómano como yo: Doolittle.
Doolittle es el segundo disco de la banda estadounidense Pixies y supuso una nueva visión del rock alternativo (al igual que su anterior disco) que posteriormente serviría de influencia para grupos tan emblemáticos como Nirvana.
De izquierda a derecha, Black Francis, Kim Deal, Dave Lovering y Joey Santiago
El disco compuesto por 15 temas, donde predomina su particular estilo de melodías suaves durante las estrofas y explosiones, gritos y guitarras distorsionadas en los estribillos, trata temas influenciados por el surrealismo, la violencia bíblica, las catastrofes o la tortura y la muerte.
El disco en sí es un conglomerado de los atributos de los miembros, donde la voz de Black Francis pasa de melódica a caústica en algunos momentos, la pureza del bajo de Kim Deal lejos de los estereotipos, la batería de Dave comprometida con la causa y los retorcidos solos de Joey conforman un elemento único en cada canción.
Un disco muy recomendable, que deberíais escuchar una vez en la vida. Os dejo un tema para que lo disfrutéis.
Ahora me toca hablaros de unos de los grupos que más me han influido en los últimos años, Sonic Youth. Este grupo neoyorquino formado por Thurston Moore, Lee Ranaldo, Kim Gordon y Steve Shelley llevó la escena underground a un nuevo nivel gracias a discos como Goo, Dirty o el que nos ocupa hoy, Daydream Nation, considerado por muchos el mejor disco de los 80.
Lanzado en 1988 y con las puertas de la escena independiente abiertas gracias a sus discos anteriores, EVOL y Sister (muy recomendables y que ya analizaremos en otro momento), el disco supuso una conversión del estilo de música del cuarteto, juntando sus raíces noise-rock y la experimentación con melodías propias
del rock alternativo.
El disco, compuesto por doce temas, es revolucionario en muchos sentidos y muestra la transición que experimenta el grupo: desde el indie-rock como Teenage Riot o The Sprawl, el punk ruidoso como Silver Rocket, donde las guitarras estallan, la experimentación de Providence o Trilogy (de 14 minutos de duración divida en tres partes), las psicodélicas Kissability o Eric's Trip, la oscura Rain King o la melodía pop de Candle.
El disco en sí es complejo musicalmente para expresarlo concretamente con palabras, además contiene letras sobre obras de William Gibson y otras referencias. Os recomiendo que lo escuchéis y saquéis vuestras propias conclusiones.
Un disco perfecto para iniciarse en la música underground. Os dejo con uno de los temas de este disco para que lo disfrutéis.
Hoy me toca hablaros de otras de mis aficiones, el cine. Concretamente hoy hablaré sobre el cine de animación japonés, género muy presente hoy en día.
Corría el año 1985, cuando se lanzó "Tenshi no Tamago" conocida aquí en España como "El Huevo del Ángel". Esta OVA, como se conocen por tierras niponas a los lanzamientos de animación que se estrenan directamente en vídeo, nace fruto de la colaboración de Mamoru Oshii (director conocido por su obra más famosa, Ghost in the Shell) y Yoshitaka Amano (artista gráfico, conocido principalmente por el diseño de personajes de varios videojuegos de la saga Final Fantasy).
La historia trata sobre una niña que, inmersa en un mundo inerte y ruinoso, sale de su escondrijo únicamente para recopilar botellas. Siempre lleva consigo un voluminoso huevo que protege bajo sus ropas y del que jamás se separa. La monotonía que define su existencia se rompe cuando un joven guerrero aparece en su mundo. Desde entonces, la niña, cuyo nombre jamás llegamos a conocer, se debatirá entre la desconfianza y su necesidad de tener quien la proteja.
Cabe destacar que esta película es compleja, llena de simbolismos e incorpora elementos visuales surrealistas. Otro apartado que aumenta la complejidad, es el escaso número de diálogos presentes a lo largo de esta, donde afloran las preguntas existenciales.
Una película oscura llena de reminiscencias, donde la banda sonora compuesta por Yoshihiro Kanno, nos sumerge aún más en los sentimientos de los 2 personajes principales, donde recae todo el peso de la obra.
Lejos de describiros la obra, incito a que la veáis y saquéis vuestras propias conclusiones. En definitiva, una obra maestra y vanguardista que te absorbe de principio a fin, y fuera de los que estamos acostumbrados.
Corría principios de los años noventa, cuando la escena grunge entró en el panorama musical y revolucionó a toda una generación. Tan rápido vivió y tan rápido murió, dejando reductos alternativos demasiados edulcorados, según mi opinión.
Pero no todo estaba perdido, cuando en el año 2007 una pequeña semilla germinó dando lugar a la última gran banda de grunge, Pagoda.
Para el que no lo sepa, Michael Pitt es un actor norteamericano que fruto de la casualidad, y mientras estaba rodando Last Days (película de Gus Van Sant inspirada en la vida de Kurt Cobain, líder de Nirvana) el destino hizo que conociera a Thurston Moore, lider y vocalista de la banda underground Sonic Youth. Fruto de esa unión de ideas y compromiso nació Pagoda.
Pagoda, es un grupo estadounidense formado por cuatro miembros: Michael Pitt (guitarra y voz), Willy Paredes (bajo), Reece Carr (batería) y Chris Hoffman (violonchelo). Tras grabar un EP (un anticipo de lo que vendría después), lanzaron en el año 2007 su primer larga duración, titulado homonimamente Pagoda.
Cargado de letras críticas, guitarras distorsionadas, un bajo comprometido, batería simples pero con fuerza y solos de violonchelo hacen de este disco el hijo predilecto del espíritu adolescente. Un punto a favor del disco es también la fuerza que transmite la voz de Michael Pitt, con desgarradoras y también melancólicas voces hacen que el conjunto del disco sea sublime. En definitiva un disco con fuerza, comprometido y auténtico heredero del grunge.
Por último os dejo uno de los temas del disco, para que los escuchéis y os contagieis de este buen grupo. Buen Provecho.
He querido empezar mi blog con uno de mis temas preferidos y que forma ya parte de mi vida, la música. Respecto a esta, se puede decir que soy un novato, aunque mi afán por saber más hizo que me sintiera atraido por cierto tipo de música en concreto, el rock.
Dentro del universo casi infinito del rock, y concretamente dentro de la escena underground o alternativa, surgió un movimiento conocido como Shoegazing, termino acuñado debido a que los componentes tenían tendencia a mirar hacia abajo mientras tocaban.
Dicho movimiento, surgido a finales de los 90 en Inglaterra, tuvo su punto álgido y su máxima expresión con el disco Loveless de My Bloody Valentine.
Ahorrándome un poco los detalles de los componentes del grupo (el cuál repasaremos en otro momento) este disco tiene la curiosa anécdota de que supuso tanto la ruina de la discográfica Creation Records, como la separación posterior del grupo.
Construido de forma conceptual, está lleno de capas de guitarras distorsionadas (en donde el trémolo cobra vital importancia), plagadas de efectos creando un ambiente onírico, ruidoso pero a la vez melódico en donde voces susurradas y letras melancólicas te absorben de principio a fin, y no es broma, la primera vez no podía dejar de parar de escucharlo.
Como crítico, debería resaltar unos temas sobre otros, pero esta vez haré una excepción y no porque sea la primera entrada, sino sencillamente porque este disco es perfecto. Esto se nota también, en la influencia en otros grupos posteriores como Smashing Pumpkins, cuyo tema Disarm del disco Siamese Dream, es una clara alegoría a Sometimes del disco que estamos hablando.
Por último, os dejo el que para mí es uno de mis temas preferidos de este disco, aunque difícil elegir entre todos debido a la perfección del disco.
Gracias por vuestra atención y espero que os haya gustado este pequeño reportaje.
Un Saludo.
Me dispongo a inaugurar este blog, fruto de la coincidencia entre los impulsos sinápticos, el tiempo y otra serie de condiciones que constituyen un sistema todavía inexplorado. Un blog lleno de pensamientos, tal vez oníricos, donde estos y la cultura en todas sus vertientes no dejan de darse la mano. Espero que las múltiples ideas y sentimientos plasmados en este blog sirvan para encontrar mentes tan inquietas como la mía.
