Es tiempo de cambios, o eso creo yo. Pero cambiar no significa no ser fiel a uno mismo. Se puede cambiar a mejor o a peor pero nunca sin espíritu. Ese espíritu que tiene desde que nace. A veces llegar tarde, a veces llega temprano, pero siempre se recuerda como un momento de encuentro con uno mismo, de reflexión. Una charla con él de vez en cuando no viene nada mal y siempre te recordará aquellas cosas que creías que nunca harías y terminaste haciendo. Pero el no te juzga; él eres tú y tu eres él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario