BÁLSAMO ANTIEDAD BRITÁNICO

He aquí un remedio que me está funcionando en estos días de bajón de madurez adulta que salpican nuestras mentes y hacen que nos sintamos unos viejales. Un auténtico chute musical de esos que te ponen las pilas con el buen rollo que transmiten unos chavalines de Oxford llamados Supergrass y su álbum I Should Coco.


Poniéndonos un poco en contexto, el grupo formado por Gaz Coombes (guitarra y voz), Mike Quinn (bajo y coros), Danny Goofey (batería) y Rob Coombes (teclados) realizaron su primer LP allá por el año 1995, en plena edad dorada del britpop, y que vino a rejuvenecer la escena tan manida ya con los omnipresentes Blur y Oasis y que resultó ser un soplo de aire fresco ya que además el álbum vendió muy bien (el álbum debut más vendido de la discográfica Parlophone desde el Please, Please, Please de The Beatles), gracias en parte a la tan radiada "Alright".

El disco en su conjunto, muestra 13 canciones frescas llenas de rebeldía adolescente y con claras influencias de grupos como The Kinks, The Jam o Buzzcocks, donde de principio a fin muestra una solidez pocas veces vista en un debut desde mi punto de vista. El arranque del disco es sublime, con 3 canciones llenas de energía, a destacar la primera, "I'd Like To Know", que es una magnífica y contudente tarjeta de presentación de lo que nos vamos a encontrar y donde se puede apreciar uno de los sellos característicos de la formación, los teclados de Rob. Después de la mítica "Alright", prosiguen una serie de temas de igual calada como "Lenny" o "Sitting Up Straight" y aunque el disco en sí sea de una fuerza brutal, también hay momentos para el respiro con temas como "Time", la jocosa "We're Not Supported To" o "Sofa (Of My Lethargy) que caracterizan el tramo final de disco.

De Izquierda a derecha, Mike, Gaz y Danny. Dice la leyenda que el cuarto Supergrass, pilló un ciego monumental con peyote, se perdió en el desierto, fue dado por muerto y hasta que apareció inexplicablemente en 2004, no fue reconocido como tal.

Estilísticamente, las acordes guitarreros y la voz de Gaz, junto al bajo y los magníficos coros de Mike, la contundente batería de Danny y los puntuales pero geniales teclados de Rob, todo ello unido a unas geniales letras, dotan al disco de un espíritu juvenil que mas de uno lo quisiera y que funciona, dada la forma en que esta construido, cual droga en vena.

Aparte de lo meramente musical, si tuviera que puntualizar algo a favor de estos tios, y sobre todo enfatizado en este primer trabajo, es su aparente desigualdad a ser tomados en serio, dado que tanto ellos como su música son el reflejo de su personalidad y no les hace falta aparentar nada ni adoptar poses para agradar al público en general, como otras bandas de su época y país natal.

En definitiva, un disco que merece la pena echarle una oída una vez en la vida y que a día de hoy me sigue pareciendo uno de los mejores grupos de la era Britpop, aunque no fuera reconocido en su momento. Os dejo con un tema para ir abriendo boca y espero que os guste. Saludos.



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